Sor Juana Inés de la Cruz
Sólo Holbein, sólo Kubrick, sólo Arturo Rivera. Porque uno ve los ojos y no alcanza a comprenderlo todo. ¿Hoja de oro o bien ojo de oro o mal de ojo de ira en calavera con gorro blanco? Las líneas anteriores las pienso y se las comento a Leticia, en lo que me seca el sudor y tomo fotografías. -La música viene de los laúdes sin cuerdas, dice Lila, la joven, la joven compañera de Arturo. -Y vocablos como sincronicidad, clonación o mito salen sobrando, apunta uno de los perros. -Mira el cuadro del hueso, dice la voz que sale de la computadora. Observa el Palacio Municipal con su bandera sin colores brillantes y esa plaza rojiza donde sólo puede pasarse a través de una guillotina. El precio de internarse puede ser que te corten la cabeza. -¡¿Y ese animal muerto?!, le pregunto a Lila. |
-Es un borrego con patas de palo, me responde. Naturaleza entre paréntesis. Lastre sin sol. |