El mercado de juegos de azar de Nueva Zelanda siempre está cambiando, por lo que es importante mantenerse al día con los nuevos desarrollos en la industria. Este año, Problem Gambling Foundation ha publicado un informe sobre el estado actual del mercado de juegos de azar del país, destacando algunas preocupaciones clave sobre problemas de juego y apuestas de menores.
Según el informe Gambling In New Zealand, la ubicación es una preocupación importante. Parece que las máquinas de póquer no están distribuidas uniformemente por todo el país. En cambio, se concentran en áreas de bajos ingresos. En las comunidades afectadas por la pobreza, la proporción de máquinas de póquer por persona es de 1:75, mientras que la proporción en los vecindarios más ricos es de 1:465. Como tal, las personas en áreas de bajos ingresos tienen seis veces más probabilidades de estar expuestas al juego. Los dueños de los clubes de juegos afirman que no están apuntando a estas áreas; más bien, simplemente satisfacen la demanda de juegos electrónicos.
El informe también incluye una lista actualizada de factores de riesgo.
Esta información ofrece información valiosa sobre qué tipos de personas son más vulnerables a desarrollar adicciones al juego. Los adultos de ascendencia maorí y del Pacífico tienen 3,5 veces más probabilidades de tener problemas con el juego, mientras que los hombres tienen el doble de probabilidades que las mujeres de desarrollar adicciones al juego. Las personas con problemas de abuso de sustancias y las que sufren de depresión y ansiedad también presentan un mayor riesgo de desarrollar problemas con el juego.
En los últimos años, los jóvenes se han convertido en un grupo de alto riesgo. Cada vez más jóvenes están expuestos a los juegos de azar, y algunos incluso participan en la actividad. El informe cita estadísticas de un estudio reciente, que muestra que el 36% de los jóvenes comenzaron a jugar cuando tenían solo diez años. La mayoría de los niños fueron introducidos a los juegos de cartas y tragamonedas por un miembro de la familia, y los jóvenes que crecieron en hogares monoparentales tenían aún más probabilidades de estar expuestos a la actividad.
El informe de Problem Gambling Foundation también destacó los impactos de la adicción al juego.
74.000 residentes locales sufren problemas de salud mental como resultado del problema con el juego. Además, el 60% de los jugadores con problemas moderados sufren de depresión, y cada año se producen entre 35 y 60 suicidios que están relacionados de alguna manera con el juego. A nivel interpersonal, la adicción al juego puede ser perjudicial para los amigos y familiares de un jugador con problemas. El 40% de los cónyuges de los jugadores con problemas han sido diagnosticados con enfermedades relacionadas con el estrés, y sus hijos corren un mayor riesgo de volverse adictos al juego.